Hablemos sobre algunos de los cambios esperados para la próxima generación de procesadores.

El lanzamiento de la novena generación de procesadores Intel Core no ha sido todo lo tranquila que le hubiera gustado al gigante azul. Los numerosos problemas de stockcon sus productos, la posición acomodada de Ryzen en el mercado y los reincidentes problemas con el proceso de fabricación a 10 nm en el que la compañía ha invertido una gran cantidad de recursos ha hecho de esta novena generación más un experimento para hacer de puente entre dos productos que un salto generacional real. Por ello no es de extrañar que Intel haya decidido que es el momento de hacer un cambio en profundidad a su actual arquitectura Intel Core que, a pesar de su excelente rendimiento desde su lanzamiento, necesita más que nunca una renovación.

La respuesta a esta situación será Sunny Cove, la nueva arquitectura que está preparando el gigante azul para ver la luz en algún momento de 2019. Según ha revelado la propia compañía, la nueva arquitectura Sunny Cove se centrará en mejorar su paralelización de instrucciones, escalabilidad y su eficiencia, lo que acompañado de los 10 nm de Intel de los que hará gala esta nueva arquitectura, debería traducirse en una importante mejora en la IPC de los próximos procesadores de la compañía.

Uno de los principales objetivos de esta arquitectura será mejorar a la actual generación en trabajos de productividad, que se ha convertido en uno de los puntos de venta más importante de la competencia, por lo que la mayoría de sus cambios procurarán dar soporte a nuevas instrucciones y a la mejor ejecución de las mismas.

El soporte de las instrucciones AVX-512 o el aumento en el tamaño de la caché interna en la nueva arquitectura son un buen ejemplo de ello, así como los cambios en la gestión de la memoria y la ejecución de instrucciones, que apuntan a hacer de los futuros procesadores un producto interesante para profesionales y grandes empresas. Además de estas variaciones en la arquitectura, la mejora del proceso de fabricación debería significar una importante mejora en las frecuencias, de la que tanto se benefician los títulos actuales, aunque aún no hay información comparable de este último punto.

Los procesadores de esta nueva generación aún son un misterio, pero con su llegada programada para el inminente 2019 y las noticias prometedoras de la nueva generación de procesadores Ryzen contra los que tendrá que competir Sunny Cove, es de esperar que no tardemos demasiado en comenzar a ver nueva información sobre el futuro de los procesadores de Intel.