En Juchitán de Zaragoza, cuna de la cultura zapoteca, una decena de profesores dejaron el asueto por la pandemia del Covid-19 para ir a buscar a sus alumnos, la mayoría sin internet ni computadora, para darles clases con un modelo semipresencial que evite que se agrande la brecha educativa entre quienes tienen acceso a recursos tecnológicos y quienes en zonas rurales, indígenas e incluso urbano populares, no cuentan con esos medios.

A pie, en bicicleta, recorren la población, las calles, las plazas públicas, casa por casa para buscar a sus alumnos de secundaria y convencerlos de este modelo educativo, alejado de la pasividad frente al televisor, de quienes cuentan con uno, para darles clases en atrios de iglesias o en el patio de la secundaria “Enedino Jiménez”, que oficialmente está cerrada por la pandemia, pero donde por horarios, por citas, de tres a cinco alumnos acuden una vez para tomar clases.

Es el Barrio Cheguigo, al sur de Juchitán, una zona marginada, el profesor zapoteca Alfredo López Ramírez inició con este proyecto, cuando en plena pandemia y ante el bajo rendimiento de los alumnos por las clases a distancia, se montó en su vieja bicicleta para ir casa por casa de ellos a darles asesorías, clases de Artes a quienes carecen de internet o de una computadora.

“Alfredo, en su bicicleta, él es como yo y la mayoría de mis profesores, orgullosamente zapoteca, hizo recorridos en las casas de los alumnos que no tenían internet y darles clases; es decir, prácticamente todos, porque las 10 colonias de la comunidad la conforman familias de escasos recursos, cuyos jefes de familia trabajan como jornaleros en el campo, obreros, en la albañilería, como artesanos e incluso nuestros alumnos apoyan esas labores para subsistir”, dijo a ContraRéplica el director de la Secundaria Enedino Jiménez, el profesor Luis Fernando Canseco.

“Ese fue el parteaguas, el inicio de este modelo educativo semipresencial, siempre cuidando la sana distancia y asumiendo otras medidas de prevención sanitaria para evitar el contagio del Covid-19 con el objetivo de abordar con sus educandos, algunos contenidos de aprendizaje, mediante el diálogo directo con ellos, en forma organizada; es decir, planeada sistemáticamente, individualizada, selectiva, en los domicilios particulares de los alumnos para lo cual el maestro utiliza un lapso de tiempo breve”, explicó.

Canseco, quien junto con una decena de su planta de profesores agarraron calle en plena pandemia para no condenar a sus casi 500 alumnos, de los cuales 90 por ciento habla la lengua zapoteca, a quedarse rezagados por la falta de instrumentos tecnológicos.

“Es un proyecto que inicio de manera voluntaria, es una decisión propia, con un activismo pedagógico, con la tendencia de que en esta semana más maestros de la secundaria se van a sumar, porque se está viendo de los bajos resultados de la educación distancia y porque los padres de bajos recursos y que sus hijos no tienen la posibilidad de acceder a la educación vía remota como lo está planteando la SEP, solicitan un acceso semanal o quincenal para que los alumnos puedan tener resultados favorables en el aprendizaje”, apuntó.

Indicó que hasta ahora están involucrados en el programa ocho profesores de la veintena que hay en el plantel, los cuales atienden a alrededor de 250 de los casi 500 alumnos. También los apoyan el personal de intendencia de la secundaria, ello para limpiar las áreas donde se imparten las clases, que son espacios abiertos como patios, donde se toma la temperatura, se entrega gel antibacterial y se sanitizan los zapatos de todos los alumnos y maestros. Todo con los recursos de los maestros.

El exdirigente de la Sección 22 del SNTE de 57 años de edad y 37 años como profesor dijo que este modelo puede ser replicado para millones de alumnos de zonas rurales, indígenas e incluso zonas urbano-populares, en donde por el nivel de marginación, por la falta de recursos para acceder a una computadora, a internet en casa, los adolescentes y niños va a los cibercafés con un mayor riesgo de contagio.

Agencias/Juchitán