Imagina que eres fanático de Christian Nodal, has conseguido un boleto para verlo en un concierto exclusivo en el popular Valle de Guadalupe en Baja California, pero horas antes de iniciar, te avisan que se ha cancelado debido a un problema con el foro. Te enojas, y con toda razón, te hicieron gastar al menos mil pesos para nada. ¿Y si te dijera que para que ese concierto fuera posible se tuvieron que deforestar 25 hectáreas de flora y fauna? Aunque parece una historia de terror, esto sí sucedió. 

Imagen aérea de los viñedos en el Valle de Guadalupe, que fueron desmontados para instalar un escenario donde se presentará el cantante Christian Nodal, lo que causó descontento entre los habitantes de la zona. Foto Édgar Lima / La Jornada Baja California

Todo ocurrió la semana pasada, y de acuerdo con la consultora especializada en vegetación, Paula Pijoan, una gran cantidad de plantas nativas fueron devastadas debido al uso de maquinaria pesada en la zona, la cual fue clausurada horas antes de la presentación del interprete de “Adiós Amor” por no contar con los permisos pertinentes. Esta no es la primera, ni la última historia sobre el impacto de los eventos masivos de música en el medio ambiente, quizás una de las actividades que más contamina. 

De hecho, los músicos a menudo son criticados cuando hablan sobre el cambio climático, porque tienen estilos de vida que generan un gran impacto ambiental, ¿no me crees? Promocionar álbumes y actuar en ciudades de todo el mundo significa que los artistas y sus equipos vuelan mucho, luego están las emisiones de carbono de los autobuses en que se transportan (y no solo es uno), la fabricación de mercancía promocional, además de la energía necesaria para cosas como la iluminación y el sonido, o la generación de desechos de los asistentes. Cifras recientes sugieren que la música en vivo genera 405 mil toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero tan solo en el Reino Unido cada año. 

Cuando el COVID-19 obligó a parar por completo a la industria musical, sin duda fue una tragedia para muchos, pero también fue un alivio para el planeta. Los conciertos virtuales se convirtieron en la forma más segura y sin querer, sostenible de disfrutar de la música, sin embargo, nada se compara a un concierto en vivo, y después de una masiva vacunación a nivel mundial, las giras y festivales de música están de regreso. 

UNA GIRA MUNDIAL ECOLÓGICA 

Coldplay ha sido una de las principales bandas que se ha preocupado por el medio ambiente y su relación con los conciertos. En 2019, Chris Martin, líder de la agrupación, aseguró que Coldplay no haría más giras hasta que no encontraran una forma de hacerlas respetuosas con el medio ambiente, y parece que lo han logrado. Hace un par de días, Martin anunció una gira mundial ecológica para 2022, la cual estará impulsada en parte por una pista de baile que generará electricidad cuando los fanáticos salten o pedaleen en sus lugares. 

El plan para esta gira cuenta con 12 puntos que buscan reducir la huella de carbono de la banda, la cual recorrerá gran parte del mundo en seis meses. Además, Coldplay también se comprometió a plantar un árbol por cada boleto vendido. En su última gira que se realizó entre 2016 y 2017, tocaron para 5.4 millones de personas, eso los convirtió en una de las giras más grandes de todos los tiempos, ganando más de 500 millones de dólares. 

Los conciertos utilizarán electricidad de baterías alimentadas por ventiladores, así como energía solar, aceite de cocina reciclado de restaurantes locales y energía eléctrica de fuentes 100% renovables donde esté disponible, como en Costa Rica, una de las fechas más ecológicas del tour y con la que iniciará el Tour Music Of The Spheres. 

La gira 2022, que finalizará en Brasil en el p´oximo septiembre, tendrá un 50% menos de emisiones de dióxido de carbono que la gira de 2016 y 2017, pero “seguirá teniendo una huella de carbono significativa”, según el plan de sostenibilidad que compartió el grupo. 

Sin embargo, aseguran que “extraerán más CO2 del que produce la gira apoyando proyectos basados en reforestación, repoblación forestal, conservación, regeneración de suelos, captura y almacenamiento de carbono así como estrategias para apoyar las energías renovables”. 

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Chiara Badiali de Julie’s Bicycle, una organización benéfica que asesora a la industria de la música sobre sostenibilidad, dijo que estaba “muy animada de ver este nivel de compromiso y un plan tan completo como el que han elaborado”. 

 ¿Y FUNCIONARÁ? 

-Energía: La banda generará electricidad a partir de que los asistentes salten y pedalean, pero es difícil calcular cuánto se producirá. Hubo una instalación similar en el Maratón de París de 2013, en donde 40 mil corredores generaron 7kWh. Los números en ese rango cubrirían solo el 2-3% de las necesidades energéticas de un evento del tamaño de Coldplay.