Ciudad de México.- Jorge Rodríguez, exjugador de la selección mexicana, falleció ayer a los 56 años tras una prolongada hospitalización debido a complicaciones relacionadas con su enfermedad, el síndrome de Fisher-Evans. El Club Toluca, con el que Rodríguez tuvo una destacada carrera, confirmó el fallecimiento del exfutbolista a través de sus redes sociales.
Rodríguez, quien se vio forzado a retirarse del fútbol profesional a los 29 años debido a su enfermedad, experimentó un deterioro en su salud que impidió su continuidad en el deporte al más alto nivel. Su carrera, en la que estaba en pleno auge, se truncó prematuramente debido a las complicaciones del síndrome de Fisher-Evans.
Este síndrome autoinmune combina dos trastornos graves: la púrpura trombocitopénica idiopática (PTI) y la anemia hemolítica autoinmune (AHAI). En este trastorno, el cuerpo destruye sus propias plaquetas y glóbulos rojos, esenciales para la coagulación sanguínea y el transporte de oxígeno, respectivamente. La consecuencia es un alto riesgo de hemorragias y anemia severa, lo que lleva a una fatiga extrema y restringe la capacidad para realizar esfuerzos físicos, como los requeridos en el fútbol.
Carlos Hermosillo, exjugador y colega de Rodríguez, expresó su dolor por la pérdida en un mensaje publicado en X (anteriormente Twitter). Hermosillo destacó el impacto que Rodríguez tuvo en el fútbol mexicano y lamentó profundamente su fallecimiento.
Jorge Rodríguez dejó una huella significativa en el fútbol nacional. Con el Toluca, se coronó campeón en 1989 y repitió el logro con Santos Laguna en 1996. Además, fue una figura clave en la selección mexicana, participando en la Copa del Mundo de 1994 y contribuyendo a la victoria en la Copa Oro de 1995.
El legado de Rodríguez perdurará en la memoria de los aficionados y colegas del deporte, quienes recordarán su talento y dedicación en el campo de juego.