El rey Carlos III ha decidido retirar el servicio privado de seguridad del príncipe Andrés a partir de noviembre de este año, según ha informado el periódico británico The Sun. Esta medida, que afecta al hermano menor del monarca, pone en peligro la protección del duque de York, quien ha vivido en la residencia de Royal Lodge con su exesposa, Sarah Ferguson, desde hace dos décadas.

Desde que la seguridad pública del príncipe Andrés fue retirada en 2022, tras un escándalo sexual vinculado con el pedófilo Jeffrey Epstein, el rey Carlos III había estado financiando de su propio bolsillo un equipo privado de seguridad. Sin embargo, este equipo de 10 miembros será eliminado el próximo otoño. La decisión ha generado especulación sobre si Andrés deberá abandonar Royal Lodge, una residencia en Windsor Great Park.

La noticia llega justo cuando los dos hermanos se encontraban disfrutando de un retiro en el palacio de Balmoral, en Escocia. El príncipe Andrés, de 64 años, ha estado recibiendo protección privada desde que perdió su seguridad pública en 2022, cuando su madre, la difunta reina Isabel II, le retiró todos sus títulos y patrocinios reales debido a su implicación en el escándalo de Epstein.

El contrato de arrendamiento de Royal Lodge, firmado en 2003 y válido hasta 2078, requiere que el duque mantenga la propiedad en condiciones adecuadas, lo que incluye costosos trabajos de mantenimiento y seguridad. Desde abril de 2023, Andrés dejó de recibir su asignación anual de 249 mil libras (aproximadamente 292 mil euros), complicando aún más su situación financiera y su capacidad para cubrir los costos de seguridad.

En enero de este año, el príncipe Andrés rechazó una oferta para mudarse a Frogmore Cottage, la residencia cercana que ocupaban el príncipe Harry y Meghan Markle antes de dejar sus roles oficiales. La oferta de mudanza a Frogmore Cottage, una opción más económica, parece ser una medida que Carlos III había considerado para aliviar la situación financiera del duque de York.

La presión sobre Andrés ha aumentado después de que se revelaran documentos judiciales relacionados con el escándalo de Epstein, que incluían acusaciones de conducta inapropiada y conexiones con figuras del tráfico sexual. Aunque el príncipe ha negado las acusaciones y pagado una suma millonaria para resolver un caso civil, la controversia continúa afectando su reputación y situación.

La retirada de la seguridad y la posibilidad de que Andrés tenga que abandonar Royal Lodge reflejan una creciente tensión en la familia real, mientras el rey Carlos III toma medidas para ajustar los recursos de la monarquía y enfrentar las complejidades de la situación actual.