Un informe del inspector general del Departamento de Justicia, publicado el jueves, revela serias deficiencias en la gestión de casos de abuso sexual infantil por parte del FBI. A pesar de los cambios implementados tras el caso del exmédico de la federación de gimnasia de Estados Unidos, Larry Nassar, el informe destaca que el FBI no ha reportado todos los casos sospechosos a las agencias policiales adecuadas.

La investigación, realizada tras el escándalo de Nassar, revela que persisten problemas graves en el manejo de estos casos, poniendo en riesgo que acusaciones de abuso sexual infantil queden sin investigar. El informe señala que, en algunos casos, las víctimas fueron abusadas durante meses después de que el FBI recibió alertas sobre agresores sexuales registrados.

“Este informe deja claro que el FBI simplemente no está haciendo su trabajo para proteger a nuestros niños de los monstruos entre nosotros que los acechan”, afirmó John Manly, abogado de las víctimas de Nassar. “A pesar de años de promesas y audiencias en el Congreso, el escándalo de Larry Nassar podría repetirse hoy”.

La revisión, que abarcó más de 300 casos entre 2021 y 2023, identificó 42 casos que requerían “atención inmediata” debido a la falta de evidencia de medidas de investigación recientes o a otras preocupaciones. El informe también encontró que el FBI no siguió las reglas de reporte en aproximadamente el 50% de los casos. Cuando se realizaron reportes, el FBI solo cumplió con la política interna de reportar dentro de las 24 horas en el 43% de los casos.

El FBI ha aceptado las conclusiones y recomendaciones del informe. Entre las medidas que se compromete a implementar se incluyen el desarrollo de un programa de capacitación para investigadores y supervisores enfocado en técnicas de investigación y en las políticas y procedimientos de la agencia.

Michael Nordwall, subdirector ejecutivo del FBI, explicó que los errores reflejaron una falta de documentación adecuada o involucraron investigaciones donde no era necesaria acción adicional. Aun así, el FBI destacó la “abrumadora” carga sobre los agentes encargados de investigar delitos contra menores, citando la creciente complejidad de los casos, la afluencia de pistas, el uso de tecnología encriptada y los recortes presupuestarios.