Conforme pasan las horas, se corrobora que Adán Augusto López Hernández, coordinador de Morena en el Senado, le tendió una trampa a la presidenta electa Claudia Sheinbaum. Según los últimos reportes, López solicitó una audiencia con Sheinbaum sin informarle que asistiría acompañado por el panista Miguel Ángel Yunes Márquez, uno de los principales detractores de la gobernadora electa de Veracruz, Rocío Nahle.

La situación se tornó incómoda para la futura jefa del poder ejecutivo federal. En una conferencia de prensa posterior al encuentro, Claudia Sheinbaum admitió que la visita de Yunes Márquez no estaba programada en su agenda, lo que sugiere que la reunión se organizó de última hora. “No sabía que vendría él”, afirmó, dejando entrever su descontento por la sorpresiva aparición del senador panista.

Durante el breve encuentro, que se centró principalmente en la reforma judicial, Yunes Márquez expresó haberse convencido de las bondades de este cambio constitucional, que permitirá que jueces, magistrados y ministros sean electos por el pueblo. Sin embargo, Sheinbaum declaró que ignora si Yunes tiene planes de unirse a Morena, subrayando que el panista solo buscaba conocerla. “Lo saludé y hasta ahí”, dijo.

La presidenta electa fue clara en su postura: “Jamás he pensado en invitar a ningún Yunes a que se incorpore a mi gobierno”. Con esta afirmación, deja claro que su administración no contemplará la inclusión de figuras que han sido críticas del movimiento que ella representa.

Este episodio ha desatado una serie de especulaciones sobre las intenciones políticas de Adán Augusto López y la posible estrategia detrás de la reunión. La falta de comunicación previa y la presencia inesperada de Yunes Márquez han generado preocupación entre los seguidores de la gobernadora electa, quienes ven en esto un intento de fracturar la cohesión en el nuevo gobierno.

La situación resalta las tensiones políticas existentes y la necesidad de un manejo cuidadoso en la transición hacia la nueva administración. Con la mirada puesta en el futuro, Sheinbaum deberá navegar entre aguas turbulentas con astucia para consolidar su liderazgo y mantener la confianza de sus electores, evitando a toda costa que políticos rapaces como Adán Augusto López Hernández y su principal asesor, Sergio Gutiérrez, provoquen una rebelión al interior de Morena.