El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, calificó la muerte de Hasán Nasralá, líder del grupo chií Hizbulá, en un bombardeo israelí, como “una medida de justicia para sus muchas víctimas”, incluyendo a miles de civiles estadounidenses, israelíes y libaneses. En un comunicado de la Casa Blanca, Biden afirmó que Hizbulá ha sido responsable de la muerte de cientos de estadounidenses durante su reinado de terror que ha durado casi cuatro décadas.

El bombardeo, que tuvo lugar en Líbano, se inscribe en el contexto del conflicto que comenzó tras la masacre de Hamás el 7 de octubre de 2023. Biden subrayó que Nasralá tomó la decisión de aliarse con Hamás, lo que llevó a un nuevo frente de hostilidades contra Israel. El mandatario reiteró el apoyo de Estados Unidos al derecho de Israel a la autodefensa frente a Hizbulá, Hamás y otros grupos respaldados por Irán.

Asimismo, Biden ordenó al secretario de Defensa, Lloyd Austin, aumentar la defensa militar de las fuerzas estadounidenses en la región para disuadir la agresión y reducir el riesgo de un conflicto regional más amplio. El presidente también abogó por la desescalada de los conflictos en Gaza y Líbano a través de medios diplomáticos.

Por su parte, la vicepresidenta Kamala Harris se unió a Biden en su declaración, describiendo a Nasralá como un “terrorista” con “sangre estadounidense en sus manos”. Harris consideró que la muerte del líder de Hizbulá representa una medida de justicia para sus víctimas, reafirmando su apoyo al derecho de Israel a defenderse.