Un informe de The Atlantic revela que en 2020, el entonces presidente Donald Trump se mostró furioso por el precio del funeral de Vanessa Guillén, una soldado de 20 años asesinada, afirmando: “no cuesta 60 mil dólares enterrar a un maldito mexicano”. Guillén, hija de inmigrantes mexicanos, fue asesinada por un compañero de armas y su novia, y sus restos fueron hallados meses después, generando una gran indignación pública.

Tras el descubrimiento, Trump invitó a la familia de Guillén a la Casa Blanca, prometiendo apoyo financiero mientras las cámaras grababan. Sin embargo, en una reunión posterior, al preguntar sobre los costos del funeral, se enfureció al enterarse del monto y ordenó no pagar.

La abogada de la familia, Natalie Khawam, declaró que nunca recibieron ayuda de Trump, aunque algunos costos fueron cubiertos por el Ejército y donaciones. Trump desmintió las acusaciones, calificándolas de “mentiras escandalosas”, mientras que otros exfuncionarios confirmaron sus polémicas declaraciones sobre la búsqueda de “generales de Hitler”.