Todo fue por unas vacas. César Duarte duerme desde ayer tras las rejas de una cárcel mexicana por la red de corrupción que creó con ganado fino de Nueva Zelanda, con lo que desvió y trianguló más de 96 millones de pesos del erario de Chihuahua, que incluso habrían ayudado a lavar dinero de cárteles de la droga, robo de combustible y hasta de otros ex gobernadores investigados por actos de corrupción.
A finales del 2021, la cancillería mexicana acreditó todos los requisitos para subsanar esas fallas y pedirle al gobierno de Estados Unidos que entregara al ex gobernador priista a la justicia mexicana por ser requerido por actos de corrupción, conspiración y malversación de fondos gubernamentales en Chihuahua.
El centro de esta solicitud de extradición fueron los hallazgos de la UIF difundidos por este medio: la creación de Unión Ganadera Regional División del Norte y Financiera de la División del Norte Sofom, de las que el mismo Duarte era socio y que usó para desviar millones de pesos con contratos irregulares de apoyo al campo que incluían, la adquisición de ganado fino en Nueva Zelanda.
Duarte adquirió dos mil 600 cabezas de ganado, las resguardaron en las instalaciones de sus empresas y desaparecieron casi mil 500 sin explicación alguna. En total, se detectó que adquirió 700 mil en Nueva Zelanda en distintos paquetes. Por lo que la jueza estadunidense concluyó que intentó “privar al Estado de fondos para su beneficio concreto”.
Duarte adquirió dos mil 600 cabezas de ganado, las resguardaron en las instalaciones de sus empresas y desaparecieron casi mil 500 sin explicación alguna. En total, se detectó que adquirió 700 mil en Nueva Zelanda en distintos paquetes. Por lo que la jueza estadunidense concluyó que intentó “privar al Estado de fondos para su beneficio concreto”.
Fuente:Milenio