“Los valores, aspiraciones y costumbres de quienes vivimos en estos tiempos, tienen nada que ver con el estilo de vida del siglo pasado”.

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1.- Estos últimos días estuve viendo algunos capítulos de un par de series que me llamaron poderosamente la atención. Lo he estado haciendo de manera intercalada, es decir, viendo un capítulo de una, luego un par de la otra y así sucesivamente. Como para no quedar estacionado en una sola historia. Y, estando tan entretenido, me brincó de repente una idea: el mundo entero debería hacer todas las etapas del duelo y guardar luto a las antiguas telenovelas de la televisión tradicional.

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2.- Lo he dicho en este espacio hasta el cansancio y cada vez me resulta más evidente: las telenovelas como las habíamos conocido, con su formato, estilo, tipos de historias, tratamiento y distribución, han dejado de ser relevantes. Hasta dan la impresión de ser antiguas y aburridas. Por eso han dejado de interesar a las nuevas generaciones. Esto último es muy fácil de comprobar. Pregunten a cualquier persona menor de 25 años cuál telenovela está viendo o ha visto y la respuesta necesariamente será: ninguna.

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3.- Por su parte, los sistemas actuales de “streaming” permiten ver las historias que cada quién quiera, en el momento que cada quién elija y con personajes y situaciones mucho más creíbles. Nada de sirvientas bellísimas que se convierten en millonarias, elegantes y divinas, capaces de alternar con la reina de Inglaterra. Es más, hasta la palabra “sirvientas” ya no viene al caso. Los valores, aspiraciones y costumbres de quienes vivimos en estos tiempos, tienen nada que ver con el estilo de vida del siglo pasado.

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4.- Volviendo a las series que estoy viendo, analicemos un poco el contenido de ambas. En primer lugar, me enganché con “100 días para enamorarnos” que puede verse en Netflix. Honestamente empecé a verla porque me gusta muchísimo todo el trabajo de Mariana Treviño, así como el de Ilse Salas. De hecho, Salas terminó de conquistarme después de protagonizar la película “Las Niñas Bien”. Aquí interpretan a un par de mejores amigas que son mexicanas viviendo en Houston. Cada una con un estilo de vida muy diferente al de la otra.

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5.- Junto a Treviño y a Salas, aparecen Érik Elías y otros actores latinos que son conocidos más bien entre los paisanos que viven en Estados Unidos. Todos retratando a la perfección a las enormes y productivas comunidades de hispanos que ya forman parte muy importante de la sociedad estadounidense. En este reparto, el que está irreconocible es Héctor Suárez Gomiz; ya oficialmente “gordito” y con una peluca tan natural que te hace olvidar que hasta hace muy poco era completamente calvo.

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6.- Y así como la serie de Mariana e Ilse es muy recomendable y divertida, la que también vale la pena es la recién estrenada “Súbete a mi moto”, en Amazon Prime Video. Esta es la historia de Edgardo Díaz, aquel empresario musical quien, en los años 70 del siglo pasado fue el creador del fenómeno internacional conocido como Menudo y descubridor de grandes figuras entre las que destaca Ricky Martin. La serie tiene escenas en aquellos años y otras en la época actual. Así resulta más interesante y los más jóvenes pueden identificarse con los personajes.

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7.- Generalmente las producciones hechas fuera de Hollywood o de Reino Unido tienen serios problemas para recrear, de manera realista, épocas pasadas. Pero en “Súbete a mi moto” la ambientación está bastante bien hecha. Quizá las pelucas de los chavos que interpretan a los Menudo en su infancia y adolescencia estén un poco exageradas, pero no arruinan la historia. La verdad, recomiendo ver la vida y anécdotas de la primera “Boy Band” latina que verdaderamente logró internacionalizarse.