El “Virus de Marburgo” -identificado por primera vez en 1967- se transmite por murciélagos frugívoros (de la fruta Rousettus aegyptiacus, de la familia Pteropodidae) y luego se propaga entre humanos a través de fluidos corporales y/o superficies contaminadas.

Hasta el momento, no hay vacunas ni tratamientos efectivos contra esta enfermedad, caracterizada por fiebre, debilidad y dolor muscular. En los cuadros más graves, puede producir hemorragias internas o externas, insuficiencia orgánica y muerte. Se estima que cerca de un 50% de quienes lo tienen mueren como consecuencia de la enfermedad. Fuente: El Universal