En el pasado, las estafas se realizaban principalmente a través de llamadas, mensajes, correos electrónicos y aplicaciones de préstamos.

Sin embargo, según la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), en los últimos años, estas prácticas han aumentado en un 10.4%.

Este incremento se atribuye al surgimiento de nuevas tecnologías, que han dado lugar a una creciente corrupción, fraudes, contrabando y tráfico de drogas.

Una de las herramientas digitales que ha contribuido a este preocupante panorama es FraudGPT, que facilita las estafas financieras de manera más sofisticada y efectiva.

Las autoridades y los usuarios se enfrentan a un desafío creciente en la lucha contra estas amenazas digitales.