¡Una Jugada Maestra del profesor Cuitláhuac García! el gobernador más chido de México…

Veracruz, Ver. En una movida que ha dejado a propios y extraños boquiabiertos, el Gobierno del estado de Veracruz ha anunciado la demolición del icónico estadio Luis “Pirata” Fuente para dar paso a la construcción de una mega alberca. ¡Sí, leyeron bien, una alberca! La idea es que, en lugar de goles, ahora se hagan olas.

Ante la imposibilidad de atraer a equipos de fútbol profesional y las multas colosales que se acumulan más rápido que las derrotas del equipo local, la administración estatal ha decidido tirar la toalla y lanzarse de cabeza al mundo de las piscinas.

La falta de inversores interesados en Veracruz y las sanciones impuestas por la Federación Mexicana de Futbol han llevado al gobierno a reconsiderar la función del estadio. Ya no será el hogar de emocionantes partidos, sino el escenario de chapuzones épicos. ¡Qué emoción!

Según fuentes no tan confiables, el estadio será demolido para dar paso a una alberca de dimensiones tan colosales que hará que la anterior cancha de fútbol parezca un charquito en comparación. Solo se salvará una parte del estacionamiento, porque, claro, a los bañistas también hay que darles donde estacionar sus flotadores.

Además, para los amantes de las compras y la cultura, la otra mitad del estacionamiento será convertida en una pequeña plaza comercial y un museo dedicado al estadio que ya no existe. Porque nada dice “turismo” como un centro comercial a la orilla de una piscina.

El proyecto, que lleva el tentador nombre de “Los Tiburones” (¡sutil, muy sutil!), promete ser el nuevo punto de referencia para los visitantes y un oasis para los jarochos sedientos de diversión acuática. La fecha tentativa de apertura: 2024, cuando el agua esté suficientemente clorada y lista para recibir a los primeros nadadores.

Aunque se nos ha insistido que esta noticia es parte de las bromas del Día de los Santos Inocentes, no podemos evitar emocionarnos ante la idea de convertir el estadio en el parque acuático que Veracruz nunca supo que necesitaba. ¡A nadar se ha dicho, “Tiburones”!