En una vibrante exhibición de fútbol, el Newcastle United remontó un marcador adverso de 1-3 contra el West Ham United, logrando una victoria por 4-3 en los últimos minutos del partido. A pesar de luchar con la precisión de su gol durante gran parte del encuentro, el Newcastle encontró su forma en el tramo final gracias a las actuaciones estelares de Harvey Barnes y Aleksandr Isak.

Con la derrota aparentemente inevitable, el Newcastle cambió su suerte en el minuto 75, cuando Isak transformó un penalti, reviviendo la fe del equipo local. El empate llegó en el minuto 83, gracias a un maravilloso pase de Isak a Barnes, quien había entrado al campo en el minuto 67 en sustitución del lesionado Miguel Almirón. La victoria se selló con un potente disparo de Barnes en el minuto 89, aunque el equipo tuvo que resistir los últimos minutos con un jugador menos debido a la expulsión de Gordon por doble amonestación.

Estos tres puntos son cruciales para el Newcastle, que sólo había ganado uno de sus últimos cuatro partidos en la Premier League. La victoria es especialmente dulce dado lo cerca que estuvo el equipo de la derrota, una sensación que el West Ham conoce bien, ya que vio cómo se le escapaba la victoria en los momentos decisivos del partido.

Antes de la remontada, el West Ham no sólo había respondido al primer gol de Isak en el minuto 6 con un empate en el minuto 21, sino que había tomado la delantera con un polémico gol de Kudus al borde del descanso y un tercer gol de Bowen al inicio del segundo tiempo.

Esta derrota es un golpe duro para las aspiraciones europeas del West Ham, que ocupa el séptimo lugar y sólo ha ganado uno de sus últimos cinco partidos fuera de casa. El Newcastle, por su parte, se sitúa en la octava posición.