Un estudio basado en datos de una encuesta realizada entre adolescentes de 13 a 17 años ha arrojado resultados preocupantes sobre los efectos del vapeo en la salud. Según la investigación, los adolescentes que vapean con frecuencia presentan niveles más altos de uranio y plomo en la orina en comparación con los fumadores ocasionales.

La exposición a ciertos metales presentes en los aerosoles y líquidos de los cigarrillos electrónicos ha demostrado ser particularmente perjudicial durante el desarrollo, según lo recuerda el estudio. Estos metales pueden estar relacionados con el deterioro cognitivo, trastornos de comportamiento, complicaciones respiratorias, enfermedades cardiovasculares y cáncer.

El estudio, publicado en la revista Tobacco Control, se basó en el Estudio de la Juventud PATH, uno de los estudios de salud más importantes de los Estados Unidos. Analizó las respuestas de 1,607 adolescentes, incluidos 200 fumadores exclusivos de cigarrillos electrónicos, para determinar si los niveles de metales tóxicos estaban asociados con la frecuencia de vapeo y los sabores utilizados.

Los resultados mostraron que los niveles de plomo eran un 40% más altos entre los fumadores intermitentes y un 30% más altos entre los fumadores frecuentes en comparación con los ocasionales. Además, los niveles de uranio en la orina eran el doble entre los fumadores frecuentes que entre los ocasionales.

El estudio también reveló diferencias significativas en los niveles de uranio según el tipo de sabor preferido. Los vapeadores que preferían sabores dulces mostraron niveles de uranio un 90% más elevados en comparación con los que optaban por sabores mentolados o afrutados.

Aunque el estudio es observacional y no permite sacar conclusiones definitivas sobre los niveles de metales tóxicos, los investigadores enfatizan la necesidad de aplicar normativas y medidas de prevención específicas para adolescentes. Además, advierten sobre el dato preocupante del aumento de los niveles de uranio en la categoría de sabores dulces, sugiriendo que estos sabores podrían potenciar los efectos nocivos del vapeo en el cerebro adolescente.