Ciudad de México.- Hasta el momento, peritos de la Procuraduría General de Justicia del Estado han contabilizado 66 personas muertas tras la ruptura, explosión e incendio del ducto Tuxpan-Tula-Azcapotzalco en la comunidad San Primitivo municipio de Tlahuelilpan, Hidalgo.

El gobernador de aquella entidad, Omar Fayad dijo que otras 76 personas se encuentran luchando por su vida en distintos hospitales del Estado y de Ciudad de México, al haber sufrido quemaduras muy graves.

Tras el accidente, el Presidente Andrés Manuel López Obrador arribó a las 00:45 horas de hoy a Tlahuelilpan, en donde junto a su gabinete de seguridad analizaron el plan de ayuda a esa comunidad, instruyendo a la Secretaría de Salud hacer hasta lo imposible para salvar la vida a quienes resultaron seriamente heridos.

Como se ha informado, la tarde de ayer un grupo de ladrones de combustible produjo la ruptura del referido oleoducto, sin imaginar que esa “travesura”, se saldría de control, al grado que cientos de pobladores del referido ejido, no dejaron ir la oportunidad de acudir a rellenar sus bidones.

Lamentablemente por una causa hasta el momento no determinada por peritos de la PGR, sobrevino el incendio y explosión que terminó al instante con la vida de 66 personas y causando quemaduras de segundo y tercer grado a otras 76, amén de los daños ecológicos.

Periodistas de Hidalgo narraron que decenas de cuerpos carbonizados yacían la tarde del viernes y madrugada de hoy en los alrededores del ducto averiado, en tanto forenses recogían muestras, tomaban fotografías del dantesco escenario y soldados y marinos acordonaban el área para evitar alteraciones que impidan dar con los responsables del siniestro.

En el terreno se observaron ropas y calzado quemado, tambores rotos y vehículos incinerados. A unos 100 metros se pudieron apreciar decenas de familias que lloraban la muerte de sus familiares, algunos con la mirada perdida y otros evitando ser fotografiados por la prensa.

SE REFORZARÁ LA OFENSIVA CONTRA EL ROBO DE COMBUSTIBLE: AMLO

Desde Palacio Nacional, el Presidente Andrés Manuel López Obrador visiblemente triste por los hechos, pero a la vez con la firmeza de un jefe de estado responsable, se comprometió a reforzar su ofensiva contra el robo de combustible, que según el gobierno significó pérdidas de unos 3,000 millones de dólares para Pemex en 2017.
Ordenó que los ductos se cerraran temporalmente para evitar pérdidas millonarias de la petrolera estatal.

“¿Va a seguir el plan? Claro que va a seguir el plan, lamento mucho lo sucedido, me duele, pero tienen que cambiar estas cosas”, dijo el mandatario.