La gente en Bahamas rescataba a víctimas del huracán Dorian con motos acuáticas y una excavadora, mientras la Guardia Costera estadounidense, la Marina británica y un puñado de grupos humanitarios trataban de llevar alimentos y medicinas a los sobrevivientes.
Funcionarios de rescate reportaron escenas de devastación absoluta en partes de las Bahamas y se apresuran a hacer frente a una inminente crisis humanitaria tras el paso del huracán Dorian, la tormenta más potente de la que se tenga registro en impactar el archipiélago. Se reportó el deceso de al menos siete personas, y aún se desconoce la magnitud total del desastre.
Los duros vientos y las fangosas inundaciones destruyeron o causaron daños severos en miles de casas, inutilizaron hospitales y atraparon a personas en sus áticos.
Dijo que su representante en Ábaco le informó que “hay muchos más muertos” y que se están recuperando los cuerpos. El primer ministro también prevé un aumento en el número de decesos y pronosticó que la reconstrucción requeriría de un “gran esfuerzo coordinado”.
“Estamos en medio de una de las peores crisis nacionales en la historia de nuestro país”, dijo el primer ministro de Bahamas, Hubert Minnis. “No se escatimarán esfuerzos ni recursos”.
En tanto, las autoridades de emergencia han tenido problemas para acceder a las víctimas en medio de condiciones aún demasiado peligrosas para los rescatistas, quienes exhortaron a la población a resistir.
2/2 I want to thank all the first responders who are acting with courage to save lives and rescue those in need. We are seeing bravery and fortitude of Bahamians who endured hours and days of horror. Our urgent task will be to provide food, water, shelter and safety and security. pic.twitter.com/hLCMKGO7vg
“Queríamos salir, pero no es un riesgo que seamos capaces de tomar”, dijo Tammy Mitchell, de la Agencia Nacional para el Manejo de Emergencias de las Bahamas en declaraciones a la estación radiofónica ZNS. “No queremos que la gente crea que nos olvidamos de ellos… Sabemos las condiciones por las que pasan. Sabemos si están atrapados en un ático”.
Prácticamente estacionado sobre una porción de las Bahamas durante un día y medio, Dorian azotó las Islas Ábaco y la Gran Bahama, en el norte del archipiélago, con vientos de hasta 295 kilómetros por hora (185 millas por hora) y lluvias torrenciales hasta que finalmente avanzó el martes a aguas abiertas y en dirección a Florida. La velocidad de sus vientos se ha reducido a 175 km/h (110 mph) el martes, lo que lo cataloga como un todavía peligroso ciclón de categoría 2.
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“Es una devastación total. Quedó destruida. Apocalíptico. Parece como si una bomba hubiera explotado”, dijo Lia Head-Rigby, quien ayuda a manejar una organización local de asistencia y que realizó un recorrido aéreo por las Islas Ábaco, una de las zonas más afectadas. “No se puede reconstruir lo que estaba ahí; hay que empezar de nuevo”.