Las remesas, la creciente inversión extranjera, el alza en las exportaciones y el interés global en la divisa azteca, son los ‘nutrientes’
En las últimas semanas el peso ha tenido un desempeño bastante positivo ante el dólar, y aunque los analistas lo atribuyen a la debilidad del billete verde, la divisa nacional cuenta con varias “proteínas” que la han llevado a recibir el adjetivo de “superpeso”.
Tan sólo ayer el dólar fue golpeado por el dato de la inflación en Estados Unidos, que en abril se ubicó en 4.9% a tasa anual, lo que impulsó aún más a la moneda azteca, que cerró en 17.55 unidades por dólar al mayoreo, de acuerdo con el Banco de México. En tanto, el dólar libre o al menudeo quedó en 18.02 unidades, según Citibanamex.
Con esto, el peso alcanzó su mejor nivel ante el billete verde desde julio del 2017.
LOS FACTORES
La especialista Gabriela Siller, directora de Análisis Económico y Financiero de Banco Base, reconoció que el comportamiento de ayer fue detonado principalmente por la información económica estadounidense, que avivó la especulación respecto a que la Reserva Federal (Fed) ya detendrá los aumentos a la tasa de interés.
Sin embargo, en una mirada hacia el mediano plazo, explicó que la apreciación del peso obedece a tres factores que a continuación se enumeran:
Flujos de dólares que llegan del exterior: por exportaciones, remesas y la Inversión Extranjera Directa. En el 2022 las exportaciones crecieron casi 17%. Las remesas que llegaron casi todas de Estados Unidos crecieron 13% y una mayor llegada de nuevas inversiones del exterior.
Política monetaria restrictiva de Banxico: ha subido aceleradamente la tasa de interés y se mantiene un diferencial amplio de tasa con Estados Unidos.
Preferencia por invertir en pesos mexicanos a nivel internacional.
“Da la idea que en el mediano plazo pudiera depreciarse moderadamente, sobre todo porque se espera una recesión en Estados Unidos, lo cual implicaría una desaceleración en las exportaciones mexicanas y en las remesas que llegan del exterior; además, la recesión pudiera generar una mayor aversión al riesgo y con eso cambian los portafolios de inversión, que tengan mayor preferencia por invertir en dólares”, explicó Siller Pagaza.
Este escenario cobra fuerza toda vez que, de acuerdo con un análisis de Banco Base, basado en el pronóstico con diferencial forward de corto plazo (near-term spread) y que sigue de cerca la Fed, la probabilidad de que Estados Unidos entre en recesión durante los siguientes 12 meses subió a 96%, es decir, 6.3% más que la estimación de abril, y un aumento de 50.3% respecto al pronóstico de diciembre de 2022.