*Buscan prohibir prácticas que tomaron fuerza durante la pandemia en contra de personas de talla grande

La discriminación por sobrepeso se ha ido convirtiendo un prejuicio laboral más y por ello en Estados Unidos se han estado presentando nuevas iniciativas para prohibir esta práctica, destacando reformas legislativas en Nueva York, Massachusetts y Nueva Jersey.

El estigma del peso se discute raramente, pero es una realidad en la mayoría de los lugares de trabajo, según empleados y gerentes de contratación.

Michelle Matthews, directora de diseño de productos tecnológicos, recuerda haber interiorizado comentarios de compañeros de trabajo sobre su peso. Fue con el trabajo remoto a partir de 2020 cuando se percató de cómo estos desaires habían influido en su carrera.

“No me daba cuenta de cuánto pensaba en mi físico”, comenta Matthews, de 38 años, quien se describe como una persona grande.

Diversos estudios muestran que las personas con más peso son remuneradas y promovidas menos que sus colegas delgados, y suelen ser estereotipadas como perezosas o indisciplinadas. Un 11% de los más de mil ejecutivos de recursos humanos encuestados recientemente, admitió que el peso de un solicitante influyó en sus decisiones de contratación.

Ahora, con la reciente legislación en Nueva York y otros estados para prohibir la discriminación por peso en el trabajo, las empresas comienzan a centrarse en la experiencia de los trabajadores con sobrepeso.

Jessica Richman, fundadora de Visible Collective, argumenta que el peso “aún no se considera desde una perspectiva de diversidad e inclusión”.

Nueva York ha incorporado el peso y la altura a la lista de características protegidas contra la discriminación. Estados como Nueva Jersey y Massachusetts han presentado proyectos de ley similares. No obstante, casi dos tercios de los empleadores no han abordado los estereotipos o prejuicios relacionados con el peso con sus empleados, según la red profesional de recursos humanos, SHRM.

La presión para mantenerse en forma es intensa para cualquier persona que aspire a ascender en los rangos gerenciales. Internet está inundada de imágenes y reportajes sobre cómo líderes tecnológicos, como Jeff Bezos y Mark Zuckerberg, lograron sus físicos musculados. Algunos coaches de liderazgo argumentan que mantenerse en forma es prácticamente un requisito para llegar a ser CEO.

Algunas empresas han formado grupos de empleados para aumentar la conciencia sobre el sesgo de grasa. Amazon, por ejemplo, formó el grupo Body Positive Peers en 2020, dedicado a destacar los efectos corrosivos de la “fat-shaming” y las formas de hacer que los productos y servicios de la empresa sean más inclusivos en cuanto al tamaño.

Karen Pavlin, directora de equidad e inclusión de la empresa de software empresarial ServiceNow, afirma que la nueva ley de Nueva York la ha llevado a pensar más en el peso como parte de los esfuerzos de diversidad de la empresa, especialmente a la luz de los datos que muestran que las mujeres negras y latinas tienen un riesgo de obesidad desproporcionadamente alto.