El mundo avanza vertiginosamente con grandes inversiones en energías renovables; este año, por primera vez se invirtió más dinero en energía solar que en petróleo; Nuru, una empresa de República Democrática del Congo, pone el ejemplo a los países pobre al invertir en energía verde
República Democrática del Congo- Sin embargo, hay un sistema mundial de préstamos que en esencia excluye a los países más pobres del mundo, en su mayoría africanos, pues los considera demasiado riesgosos para invertir. Tan solo el dos por ciento de la inversión mundial en energías renovables se ha realizado en África, donde casi mil millones de personas tienen poco o ningún acceso a la electricidad.
Según los líderes africanos, es una paradoja. Aseguran que los proyectos de energía limpia ayudarían a estabilizar sus países y economías, al reducir el riesgo que aseveran temer los inversionistas. Es un tema inminente esta semana en una cumbre sobre el clima celebrada en Kenia, como lo será en las pláticas sobre el clima que promueven las Naciones Unidas para finales de este año en Dubái, Emiratos Árabes Unidos.
También le preocupa a Archip Lobo, cuya empresa, contra todo pronóstico, este año recaudó 70 millones de dólares en fondos internacionales, lo cual le pone fin a media década de esfuerzos, para construir microrredes alimentadas con energía solar en la República Democrática del Congo.
Trabajadores de la construcción en el futuro emplazamiento de una planta solar en Goma, República Democrática del Congo. Foto: Moses Sawasawa/The New York Times
“Hace un año, estábamos a medio camino de perder la esperanza”, admitió Lobo. “Pensábamos: todos estos prestamistas quieren que les aseguremos que no hay ningún riesgo político ni de seguridad. ¿Cómo se puede hacer eso en la República Democrática del Congo?”.