Tatahuicapan, Ver. Pese a la emergencia sanitaria y la tozudez de los ciudadanos de acatar las medidas de distanciamiento, confinamiento y portar cubrebocas, además de modificar hábitos de higiene, la síndica Estela Méndez León no tuvo empacho en autorizar la reapertura de bares, cantinas y depósitos, para que de nueva cuenta el municipio siga siendo la cantina más grande de la zona serrana.
Muy cierto es que esta municipalidad –de acuerdo con la SSA- se encuentra en semáforo naranja, registrándose hasta el momento un positivo a Covid-19, un sospechoso y una defunción, pero por esta misma circunstancia las autoridades que encabeza Esteban Bautista, deberían reconsiderar la decisión de autorizar la reapertura de expendios de alcohol ¿O será que alguna mente enferma está buscando que el virus se propague?
¿O acaso ante la falta de oportunidades, supondrán las autoridades que la venta y consumo de cerveza reactivará la economía del municipio? De ser así, qué pobre mentalidad la de la síndica y en suma la del cabildo, porque se infiere que la señora Méndez León no se manda sola ¿O sí?
De entrada representantes de iglesias cristianas y grupos católicos ya se aprestan para solicitar al Presidente Municipal, Esteban Bautista la regulación de la venta de bebidas embriagantes, porque pese a su formación docente, en esta municipalidad existen más cantinas, bares y depósitos clandestinos que escuelas y farmacias.