La policía austriaca hizo un hallazgo macabro en Tirol, Austria, cuando descubrió el cuerpo de una mujer anciana muerta desde hace más de un año y momificada en un subterráneo por su hijo, que quería seguir cobrando su pensión.
El hombre reconoció durante su detención que congeló el cuerpo para asegurarse que no oliera a muerto y luego absorbió los fluidos corporales con vendas”. También refirió que vivía con su madre cerca de Innsbruck, Austria.
“Después cubrió el cuerpo con arena para gatos y finalmente el cadáver quedó momificado”, relató el agente Helmut Cufler, jefe de la unidad policial especializada en fraudes en prestaciones sociales de este país.
Abundó que, según sus investigaciones, cuando el hermano del sujeto visitaba el domicilio y le preguntaba por su madre, que sufría demencia antes de fallecer y contaba con pocas personas más allá de sus hijos, el sospechoso le respondía que la habían ingresado en un hospital.
Explicó que percibía las pensiones a través de un cheque postal, pero la verdad finalmente salió a la luz cuando un nuevo cartero pidió ver a la beneficiaria, ante lo que el se negó. Esto le hizo sospechar, denunció los hechos y la policía se presentó al lugar descubriendo el terrible secreto.