Raúl Domínguez/FirmasMx

Xalapa, Ver. En el cuadrilátero legislativo, donde la retórica se entrelaza con los puños, el debate sobre la creación de la Secretaría de Cultura se convirtió en un auténtico ring de lucha libre, digno de las mejores espectáculos mexicanos.

El diputado de Morena, Roberto Francisco San Román, demostró que su habilidad para el diálogo y la persuasión está a la altura de una pelea de barrio, al amenazar con llevar al más allá al panista Miguel Hermida Copado. ¿Quién necesita argumentos sólidos cuando puedes resolver las diferencias a golpes?

Hermida Copado, enfundado en su capa de crítico incansable, subió al cuadrilátero legislativo con la ferocidad de un luchador enmascarado. Criticó la creación de la Secretaría de Cultura como si fuera el fin del mundo, olvidando que la verdadera tragedia aquí es que la actual Legislatura no ha aprobado ni una sola iniciativa de la oposición. ¡Un minuto de silencio por la pobre oposición!

El panista, visiblemente alterado, se quejó de la premura con la que se dictaminó la iniciativa, señalando que todo se hizo rápido y furioso porque el gobernador Cuitláhuac García Jiménez así lo quiso. La rapidez con la que se toman decisiones en el Congreso es tan sorprendente que podríamos tener una Secretaría de Carreras de Tortugas sin previo aviso.

En medio de la refriega verbal, Hermida Copado notó la falta de análisis del dictamen, pero su compañero Paul Martínez Marie, el único “más o menos” articulado del grupo, subió al ring para intentar salvar el honor de la bancada.

Lo que siguió fue un duelo de titanes, digno de aparecer en los libros de historia. San Román, demostrando una táctica de persuasión más física, se dirigió a la curul de Hermida Copado con la sutileza de un elefante en una cacharrería. Amenazas de muerte y promesas de golpes se cruzaron en el aire, mientras la secretaria de la Mesa Directiva leía el reglamento con la esperanza de que alguien recordara que estaban ahí para debatir y legislar, no para protagonizar un episodio de “Rumble in the Congress.”

La tensión alcanzó su punto álgido cuando la secretaria exigió una disculpa pública al diputado de Morena, quien había decidido que las amenazas eran más efectivas que los argumentos.

Mientras Hermida Copado planea presentar denuncias penales y ante el Tribunal Electoral por violencia política, queda claro que la política mexicana está lejos de ser un juego de salón. Mientras tanto, los ciudadanos observan perplejos, preguntándose si algún día podrán disfrutar de una sesión legislativa sin que se convierta en un circo pugilístico.

Por lo pronto ya estamos cotizando unos guantes para la gran pelea con causa entre el “Canelón” de Tantoyuca” y la “Foca” de Veracruz, a celebrarse en los amplios jardines del Palacio Legislativo.