Jorge Carreño/FirmasMx

Conocido en círculos políticos por sus estrategias rústicas y deshonestas, Miguel Ángel Yunes ha iniciado un nuevo capítulo en su libro de trucos desesperados: la lucha por la Senaduría en Veracruz.

Expuesto por la escritora Lidia Cacho, como uno de los personajes de su libro “Los Demonios del Edén”,  Yunes parece empeñado en desatar su retórica de desprestigio una vez más, esta vez dirigida hacia la candidata de Morena, Rocío Nahle, quien se perfila como la virtual ganadora de la gubernatura en el estado.

Desde montar escándalos como el de Eva Cadena hasta simular expropiaciones de propiedades a Javier Duarte e inventando falsos dramas como el caso del agua para quimioterapias, utilizando a texto servidores a sueldo, Yunes ha hecho de su carrera política un teatro de lo absurdo.

Sin embargo, sus intentos por desestabilizar la campaña de la candidata de Morena, Rocío Nahle, han demostrado ser infructuosos. Las encuestas más serias, ordenadas por quien ejerce el Poder en Palacio Nacional, las que sí tienen peso específico y no las que diseñan con Excel de manera burda en Boca del Río, colocan a los Yunes en la antesala de una verdadera paliza electoral el 02 de junio.

La astucia política de Nahle, forjada a lo largo de años junto al estratega más hábil de México, Andrés Manuel López Obrador, ha dejado a Yunes en un juego donde ni siquiera es visto ni escuchado. En política, atacar a una mujer suele tener el efecto contrario al deseado, y Nahle ha sabido capitalizar esta dinámica a su favor.

Pero, ¿qué le espera este personaje en su desesperación por mantener el poder? Si su historial sirve de guía, es probable que recurra a tácticas  más detestables. Así ocurrió al enviar agresores a un mitin de Andrés Manuel López Obrador celebrado en Huatusco en 2018 y en 2024  pareciera estar dispuesto a todo, con tal de no perder su supuesto “imperio” en Veracruz y Boca del Río, que hoy por hoy comienza a agrietarse.

Utilizando a terceros como peones en su juego de ajedrez político, busca desacreditar a Nahle con falsas acusaciones y montajes mediáticos. Sin embargo, su falta de lealtad y habilidad política solo lo lleva a embarrarse aún más en sus propios lodos.

Rocío Nahle –léase bien- no es una adversaria fácil de doblegar. En 2018 un millón 656 mil 618 veracruzanos votaron por ella para convertirla en su Segura Senadora, pero esto no es todo, su experiencia al frente de la Secretaría de Energía, enfrentándose a grandes consorcios internacionales y poderosas organizaciones, le ha otorgado un temple y una fortaleza que Yunes parece no advertir.

Con el tiempo, Veracruz tendrá a su primera gobernadora mujer, y Yunes y su clan político estarán tocando las puertas del Palacio de Gobierno en busca de clemencia. Para entonces, será demasiado tarde por los errores cometidos y las artimañas fallidas.

El tiempo, inexorablemente, revelará la verdadera magnitud de la debacle política, de quien supone que la zona conurbada Veracruz-Boca del Río es de su propiedad.

Rocío Nahle –en tiempo de mujeres- forjada en la mejor escuela política, sabrá demostrar que gobernará con sapiencia, equidad y justicia, ajena al odio enfermizo de quien no supera la rabia de la derrota que le asestaron los veracruzanos a su vástago

¿Recuerdan esta fotografía tomada el 02 de julio de 2018 a Yunes Linares en Palacio de Gobierno, por el extraordinario periodista Miguel Ángel Carmona, justo cuando le confirmaban que su hijo había sido derrotado? Desde hace seis años el “Doctor Pueblo” de Veracruz le recetó una lección y el 02 de junio, este mismo médico le repetirá la dosis.