En la Escuela Antonio Caso, Yaretzi Nairet Rodríguez Camarero, una niña de cuarto año de primaria, se ha ganado el apodo de “la pequeña doctora” debido a su dedicación para ayudar a sus amigos, compañeros y cualquier persona que lo necesite. A pesar de su corta edad, Yaretzi lleva consigo un botiquín en su mochila desde que estaba en primer grado, listo para brindar primeros auxilios.
En su botiquín, Yaretzi cuenta con diferentes elementos como pomada de árnica para golpes, violeta para cortes, mentol para caídas, alcohol, agua oxigenada, cotonetes, algodón y curitas. Ha aprendido qué sustancias aplicar según la situación, ya sea una raspadura o un golpe.
El deseo de Yaretzi de ayudar a los demás proviene de su papá, quien trabajó en una farmacia y le enseñó el valor de la medicina. Aunque solo está en cuarto año de primaria, Yaretzi ya tiene claro que quiere ser doctora o pediatra en el futuro, ya que le gusta atender a las personas.
Además de su compromiso en la escuela, Yaretzi también se esfuerza en realizar sus tareas y estudiar en casa. Reconoce la importancia de ser independiente y no depender siempre de sus padres. Su dedicación y responsabilidad son admirables, ya que sacrifica horas de juego para cumplir con sus responsabilidades escolares.
La maestra Roura Osiris Flores destaca la actitud altruista y madura de Yaretzi, quien siempre está dispuesta a apoyar a sus compañeros, incluso a los de otros grados. Su participación activa en clases, su gusto por la lectura y su dedicación en las tareas son ejemplos de su aplicada personalidad.
La historia de Yaretzi Nairet Rodríguez Camarero es un testimonio inspirador de una niña destacada en Veracruz. Su sueño de convertirse en doctora y su compromiso en ayudar a los demás, incluso desde tan temprana edad, son un ejemplo para todos.