Raúl Domínguez/FirmasMx

Inicia un nuevo año y desde aquí decretamos mucho éxito y salud para todos los que habitamos sobre la faz de la tierra. Agradecemos al rey del Universo que nos haya permitido ser testigos de la llegada del 2021, después de un 2020 desventurado para la humanidad, han sido 365 días de constante zozobra, han sido 8 mil 760 horas de tensión, han sido 525 mil 600 minutos de ver luto en cientos de miles de hogares y han sido 31 millones 536 mil segundos de una larga espera para vez la luz al final del túnel.

2020 nos enseñó a ser más humanos, más fraternos y más sensibles.

En los últimos meses, un virus nos puso contra la pared, y nos hizo reflexionar acerca de nuestra fragilidad, no obstante millones de seres humanos entendimos que solos no podemos y que es la solidaridad y el amor fraternal lo que nos hace fuertes.

En los tediosos meses de confinamiento, tuvimos millones de horas/cama, horas/silla y horas/hamaca para llegar a la conclusión que lo que estamos viviendo, es la consecuencia de nuestras nefastas acciones y agravios a la madre tierra, millones aprendimos la lección, otros, seguimos empecinados en destruirla.

2021 es la esperanza de un mundo mejor, es la certeza de que lo que viene nos hará mejores personas, con un cambio de hábitos y actitudes.

En 2021 tenemos puestas nuestras ilusiones y expectativas para hacer realidad los sueños frustrados en el año que se fue.

Con la bendición del ser supremo, de ese ser invisible en el que la mayoría tenemos fe, damos paso a la alegría, sin dar espacio a la tristeza, con fidelidad al dueño del universo, abrimos nuestra mente para recibir de lo más alto la energía superior que necesitamos para superar obstáculos, sin perder de vista que lo más importante es el amor, la paz y la buena voluntad.

En www.firmas.mx expresamos a cada uno de nuestros lectores y anunciantes las más sinceras agradecias por favorecernos, a todos ustedes les reiteramos que nuestra línea editorial será inflexible en sus contenidos: seguiremos diciendo sí a la vida, si al respeto a la intimidad y a la privacidad y sí a un periodismo que no se convierta en apologista de la violencia.

Que así sea. 

¡FELIZ!