Xalapa, Ver. El gobernador Cuitláhuac García corrió con cajas destempladas a Julio Sandria Reinoso, como rector de la Universidad Tecnológica del Sur de Veracruz con sede en Nanchital, acusado de haberse confrontado con el personal, violentando la ley laboral, como lo habrá de demostrar esta semana el Tribunal Superior de Justicia, con un dictamen que favorecerá al sindicato de esta institución.
Desde su llegada Sandria Reinoso observó una conducta indolente y hasta preponte no solo con el personal de confianza sino también con el sindicalizado.
En cortó solía expresar que había llegado a la UTSV no para caerle bien a nadie, sino para corresponder a la confianza del entonces Secretario de Gobierno, Eric Cisneros.
Y acaso era cierto, ya que desde la Secretaría de gobierno, Sandria Reinoso gozaba de impunidad, porque habiendo elementos para que fuese despedido a los pocos meses de haber asumido el cargo, en todo momento fue alcahueteado por Eric Cisneros.
La confrontación con el sindicato tuvo su origen en las constantes violaciones al contrato colectivo que abiertamente cometía Julio y su equipo de “asesores”, incluyendo a un tal Onar Morales, quien como jefe administrativo atendía su responsabilidad a control remoto, desde alguna cafetería o club social de Xalapa.
La gota que derramó el vaso, fue cuando en plena campaña electoral, Sandria Reinoso buscando sus cinco minutos de fama, cometió la estupidez de despedir a tres trabajadores, que forman parte de la directiva sindical; acto que se contrapone al contrato ley.
Por esta y otras causas, como los ilegales descuentos y la omisión de pagos de cuotas, Sandria Reinoso y la propia UTSV fue demandado ante las autoridades laborales, mismas que en la semana que transcurre emitirán un fallo a favor del gremio y como el jefe del ejecutivo fue informado que el ex protegido de Eric Cisneros, ya había deslizado la posibilidad de pasarse por la raya del trasero el dictamen del tribunal, optó por ponerlo de patitas a la calle, consciente de la conseja popular que dice: De que lloren en mi casa, mejor en la de enfrente.